Cuidar y cultivar el alma

 

Existe un algo en el corazón de la cordura
que precisa de los más tiernos cuidados.
(Neville Symington)
 
 
 
 
Entiendo por alma esa “cualidad y dimensión de la experiencia de la vida y de nosotros mismos” que “intuitivamente sabemos que tiene que ver con la autenticidad y la profundidad; como cuando se dice que cierta música tiene alma, o que una persona notable está llena de alma”. “El gran mal (…) que forma parte de todas nuestras angustias y nos afecta a todos individual y socialmente es la pérdida de alma".
 
Las sesiones contribuyen al cuidado y cultivo del alma en tanto que “detienen momentáneamente el fluir de la vida, de modo que los acontecimientos puedan ser sometidos a la alquimia de la reflexión.” Constituyen una pausa en la que “podemos profundizar las impresiones de la experiencia y sedimentarlas en el corazón, donde pueden convertirse en los cimientos del alma (…).” De modo que, “(…) a medida que entendemos nuestras experiencias y aprendemos a expresarlas (…), vamos dando a la vida más plenitud de alma.”
 
 
 
(Los entrecomillados están extraídos del libro de Thomas Moore titulado "El cuidado del alma".)